HASTA
QUE LA MUERTE LOS SEPARE…
A
mis casi 34 años, ya la frasecita retumba en mis oídos y en mi cerebro de una forma tal que
tuve que sentarme a escribir al respecto. Desde que tengo uso de razón y
recuerdo que fui muy precoz, es decir que como desde los 3 años ya soñaba con
casarme, ponerme un vestido largo y pomposo y que un príncipe azul viniera en
su caballo a buscarme para llevarme a su reino y estar juntos y felices para
siempre: “Hasta que la muerte nos separe”.
Las
causas de semejante atrocidad: en la primera infancia Disney definitivamente,
aunque en aquellos años no existía televisión por cable sino que algunos pocos
lograban tener una enorme antena parabólica. Por mi parte, gracias a la
tecnología del Betamax, logré deleitarme durante años con Cenicienta, Blanca
Nieves y La Bella Durmiente. Las miraba a diario, creo que hasta tres veces por
día. Ustedes podrán imaginar de que manera afectó Disney a mi pequeño e
inocente cerebrito en aquellos años. Luego con el pasar del tiempo los cuentos
de Disney pasaron a la historia y por aquello de que no había televisión por
cable, ya a mis 6 añitos me deleitaba todas las tardes con las novelas que
pasaban en Radio Caracas y en Venevisión. Mis dos abuelas, quienes se turnaban
para cuidarme en las tardes después del colegio, eran amantes de las novelas y
yo por consiguiente también me volví adicta. Y esa adicción a las novelas fue
la causante de la gran mayoría de mis adicciones de las cuales les hablé en un
artículo anterior. Con esas novelas, principalmente las mexicanas aprendí a
sufrir de una forma que el llanto me salía tan pero tan fácilmente que en este
punto de mi vida creo haber agotado las lágrimas. Y es que las novelas mexicanas, mayormente, te enseñan que
para llegar a ser feliz un día, que por supuesto es el día del final de la
novela, tienes que pasarte la vida entera sufriendo, tienes que aguantar que tu
príncipe azul te deje embarazada, además tienes que aguantar que te roben el
hijo, tienes que perder la memoria y tienes que aguantar miles de desprecios
del príncipe azul porque sucedió algo que hizo que ese pobre ser pensara que tú
la protagonista no servías para nada y lo peor del caso es que diez tipos más
en la novela cada uno mas bueno que el otro y todos millonarios están
enamorados de una y le quieren reconocer al hijo pero no, porque una esta
enamoradísima del príncipe azul. Y bueno así pasan los años y entonces hay un
accidente automovilístico y una pierde la memoria, entonces le quitan al hijo,
y con el problema de la pérdida de memoria una en la noche se pone un antifaz y
se va a un bar a bailar pole dance (ya desde aquella época, Oh! Dios) y el
príncipe viene al bar todas las noches y no te reconoce por el antifaz pero
goza una bola con una durante meses. Hasta que un día, después de miles de
litros de lágrimas derramadas, de pleitos, de gritos, de reclamaciones, un buen
día todo se aclara, el príncipe vuelve a confiar en una y una lo perdona y el
amor está intacto como al principio. Y entonces al día siguiente viene la
fiesta: el matrimonio en una finca bellísima, a plena luz del día, y una está hermosísima, el hijo es el
pajecito y el príncipe se arrodilla delante de todos a jurar amor eterno y una
le dice que espera otro hijo, y que maravilla para todos. Y entonces en ese
momento llega el cura, y pregunta que si hay alguien que se oponga a esa unión
y en ese momento a una que está viendo la novela, el corazón se le acelera a
mil, no sea que vaya aparecer una loca por ahí protestando la tan ansiada boda,
pero gracias al cielo nadie se opone, entonces el cura dice: Los declaro marido
y mujer “Hasta que la Muerte los separe”, casi nada pues… Y bueno una niñita
desde los 6 años hasta los 15 viendo esas escenas todos los días de lunes a
sábado y de 1 a 4 de la tarde, obviamente tenía que comenzar a creer que toda
esa vaina era real. Y que así era que se vivía la vida, que así llorando,
sufriendo, peleando a su príncipe era que un día se iba a casar vestida de
pomposo vestido blanco y el cura iba a decir Hasta que la Muerte los Separe y en
ese momento salía el arco iris, los pájaros cantaban y todos éramos felices
para siempre. Lo que una no se imagina es que después que sale la palabrita
FIN, es cuando comienza la verdadera novela.
Por supuesto, Disney y las novelas mexicanas no son
los únicos responsables, la
educación o la no educación familiar al respecto tiene su gran cuota de aporte.
Y definitivamente: La Iglesia, habrán algunos que se ofendan con esto que les
escribo, pero sí la iglesia con esa frase de “Hasta que la Muerte los separe”,
ha causado algo peor que la muerte
y es el hecho de que la mayoría de
la gente viva muriendo en una relación que no le satisface porque está casado
por la iglesia. Yo me pregunto, tratando de no ser tan dura con la iglesia si
sería que por error de transcripción alguien omitió unas palabras y la frase
quedó así tan patética. Quizás la frase era “HASTA QUE LA MUERTE DEL AMOR LOS
SEPARE”, eso es algo mucho más lógico y coherente, Se acabó el amor? Está
agonizando o podemos hacer algo por recuperarlo? O definitivamente murió? Pues
si es así, llegó el momento de separarnos y comenzar de nuevo. Creo que de esta
manera nos hubiésemos ahorrado muchas lágrimas, muchos matrimonios sin amor,
muchas relaciones de pareja conflictivas que incluso hacen más daño que el tan
temido divorcio.
Por
mi parte, yo corregiré la frase de la iglesia y usaré la original que yo me
inventé: “HASTA QUE LA MUERTE DEL AMOR NOS SEPARE”.