domingo, 26 de mayo de 2013

HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE…


HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE…

A mis casi 34 años, ya la frasecita retumba en mis oídos  y en mi cerebro de una forma tal que tuve que sentarme a escribir al respecto. Desde que tengo uso de razón y recuerdo que fui muy precoz, es decir que como desde los 3 años ya soñaba con casarme, ponerme un vestido largo y pomposo y que un príncipe azul viniera en su caballo a buscarme para llevarme a su reino y estar juntos y felices para siempre: “Hasta que la muerte nos separe”.

Las causas de semejante atrocidad: en la primera infancia Disney definitivamente, aunque en aquellos años no existía televisión por cable sino que algunos pocos lograban tener una enorme antena parabólica. Por mi parte, gracias a la tecnología del Betamax, logré deleitarme durante años con Cenicienta, Blanca Nieves y La Bella Durmiente. Las miraba a diario, creo que hasta tres veces por día. Ustedes podrán imaginar de que manera afectó Disney a mi pequeño e inocente cerebrito en aquellos años. Luego con el pasar del tiempo los cuentos de Disney pasaron a la historia y por aquello de que no había televisión por cable, ya a mis 6 añitos me deleitaba todas las tardes con las novelas que pasaban en Radio Caracas y en Venevisión. Mis dos abuelas, quienes se turnaban para cuidarme en las tardes después del colegio, eran amantes de las novelas y yo por consiguiente también me volví adicta. Y esa adicción a las novelas fue la causante de la gran mayoría de mis adicciones de las cuales les hablé en un artículo anterior. Con esas novelas, principalmente las mexicanas aprendí a sufrir de una forma que el llanto me salía tan pero tan fácilmente que en este punto de mi vida creo haber agotado las lágrimas.  Y es que las novelas mexicanas, mayormente, te enseñan que para llegar a ser feliz un día, que por supuesto es el día del final de la novela, tienes que pasarte la vida entera sufriendo, tienes que aguantar que tu príncipe azul te deje embarazada, además tienes que aguantar que te roben el hijo, tienes que perder la memoria y tienes que aguantar miles de desprecios del príncipe azul porque sucedió algo que hizo que ese pobre ser pensara que tú la protagonista no servías para nada y lo peor del caso es que diez tipos más en la novela cada uno mas bueno que el otro y todos millonarios están enamorados de una y le quieren reconocer al hijo pero no, porque una esta enamoradísima del príncipe azul. Y bueno así pasan los años y entonces hay un accidente automovilístico y una pierde la memoria, entonces le quitan al hijo, y con el problema de la pérdida de memoria una en la noche se pone un antifaz y se va a un bar a bailar pole dance (ya desde aquella época, Oh! Dios) y el príncipe viene al bar todas las noches y no te reconoce por el antifaz pero goza una bola con una durante meses. Hasta que un día, después de miles de litros de lágrimas derramadas, de pleitos, de gritos, de reclamaciones, un buen día todo se aclara, el príncipe vuelve a confiar en una y una lo perdona y el amor está intacto como al principio. Y entonces al día siguiente viene la fiesta: el matrimonio en una finca bellísima, a plena luz del día,  y una está hermosísima, el hijo es el pajecito y el príncipe se arrodilla delante de todos a jurar amor eterno y una le dice que espera otro hijo, y que maravilla para todos. Y entonces en ese momento llega el cura, y pregunta que si hay alguien que se oponga a esa unión y en ese momento a una que está viendo la novela, el corazón se le acelera a mil, no sea que vaya aparecer una loca por ahí protestando la tan ansiada boda, pero gracias al cielo nadie se opone, entonces el cura dice: Los declaro marido y mujer “Hasta que la Muerte los separe”, casi nada pues… Y bueno una niñita desde los 6 años hasta los 15 viendo esas escenas todos los días de lunes a sábado y de 1 a 4 de la tarde, obviamente tenía que comenzar a creer que toda esa vaina era real. Y que así era que se vivía la vida, que así llorando, sufriendo, peleando a su príncipe era que un día se iba a casar vestida de pomposo vestido blanco y el cura iba a decir Hasta que la Muerte los Separe y en ese momento salía el arco iris, los pájaros cantaban y todos éramos felices para siempre. Lo que una no se imagina es que después que sale la palabrita FIN, es cuando comienza la verdadera novela.

Por supuesto, Disney y las novelas mexicanas no son los únicos responsables,  la educación o la no educación familiar al respecto tiene su gran cuota de aporte. Y definitivamente: La Iglesia, habrán algunos que se ofendan con esto que les escribo, pero sí la iglesia con esa frase de “Hasta que la Muerte los separe”, ha causado algo peor que la  muerte y es  el hecho de que la mayoría de la gente viva muriendo en una relación que no le satisface porque está casado por la iglesia. Yo me pregunto, tratando de no ser tan dura con la iglesia si sería que por error de transcripción alguien omitió unas palabras y la frase quedó así tan patética. Quizás la frase era “HASTA QUE LA MUERTE DEL AMOR LOS SEPARE”, eso es algo mucho más lógico y coherente, Se acabó el amor? Está agonizando o podemos hacer algo por recuperarlo? O definitivamente murió? Pues si es así, llegó el momento de separarnos y comenzar de nuevo. Creo que de esta manera nos hubiésemos ahorrado muchas lágrimas, muchos matrimonios sin amor, muchas relaciones de pareja conflictivas que incluso hacen más daño que el tan temido divorcio.
Por mi parte, yo corregiré la frase de la iglesia y usaré la original que yo me inventé: “HASTA QUE LA MUERTE DEL AMOR NOS SEPARE”.