martes, 6 de marzo de 2012

Mi amiga la Jefa de Vestuario

Durante todos estos años de experiencias y vivencias en el tema del amor de pareja, he llegado a algunas conclusiones en cuanto a las razones de nuestros rollos existenciales femeninos. Adicionalmente a mis rollos se suman los de mis hermanas de vida: "mis amigas" (que son muchas) y cuyas historias son dignas de una telenovela, pero no de esas colombianas buenísimas que nos causan risa y placer sino de esas mexicanas bien dramáticas y sufridas, esas en las que tooooda la novela la protagonista llora y sólo en el capítulo final le cambia la vida para siempre. Resulta que una de mis hermanas de vida que de seguro me va a llamar cuando lea esto, es la jefa de vestuario de todas esas novelas, pero lo mejor del caso es que ella se encarga como muchas de nosotras en buscar siempre el traje del príncipe y hacer hasta lo imposible para que le quede. Es que crecimos con lo noveleras, desde niñitas cuando nos deleitábamos viendo Blanca Nieves, Cenicienta o La Bella Durmiente, desde ese momento comenzaron nuestros problemas. y es que yo recuerdo que desde los 6 años más o menos ya yo me quería casar y ponerme el vestido blanco y por supuesto eso se traducía en que iba a ser feliz para toda la vida con un príncipe que además de guapísimo, era millonario y estaría a mis pies para siempre. Imagínense ustedes nosotras desde los 6 años escuchando la misma vaina, viendo las películas de Disney una y otra vez o en su defecto escuchando el cuento que nos leían. Por si fuera poco, cuando fuimos creciendo nos empezaron a gustar las novelas, sobre todo las mexicanas, las más dramáticas; esas en las que  la protagonista pobre que conoció por casualidad en un semáforo al hombre perfecto, pero por quién sufriría toda la novela hasta que en el capítulo final se casa de vestido blanco bellísimo y además con la promesa de "hasta que la muerte los separe" y para rematar sale el cartelito de felices para siempre. Pueden imaginarse ustedes la cantidad de veces que nuestro cerebro infantil proceso esta información y luego en la adolescencia nos la terminaron de reforzar. Entonces por supuesto el sueño ideal de toda mujer es ponerse el bendito vestido blanco y conseguirse un príncipe, por encima de lo que sea. Entonces, comenzamos a buscar al príncipe por todos lados, quisiéramos que llegase hasta en caballo. Mi amiga la jefa de vestuario, como ella misma se autodenomina, es especialista en trajes de príncipe pero yo de vez en cuando también le hago la suplencia jajajaja. Es que a veces en el interés de llegar al capítulo final de la novela nos empeñamos en ponerle un traje de príncipe a alguien que quizás le queda grande, por el mero temor a estar solas. Yo aún sigo creyendo en cuentos de hadas y sigo esperando al príncipe, pero mientras tanto disfruto de mi propia compañía y el traje no es tan lujoso, ni tiene medidas tan precisas; sin embargo mi amiga la jefa de vestuario siempre tiene que estar pendiente de que no se lo intente poner a alguien a quien definitivamente no le quedaría.

3 comentarios:

  1. jajajaja no puedo con tus cuentosss!! te adoroooo

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  2. Jajajajajaja hasta terminamos siendo sastres, costureras de 4ta jajaja y modistas.... para que al final el traje le quede grande...

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  3. buen algumento; no solo somos las jefas de vestuarios, pasamos a ser hasta las directoras de los dramas; pero amigas es importante saber que tal príncipe azul solo están allí en los cuentos... pero sabemos que existen algunos SHREK que hace mas feliz el final de la historias.. Tras haberse enfrentado a un dragón con aliento de fuego y al malvado Lord Farquaad para conseguir la mano de la princesa Fiona, Shrek debe afrontar su mayor reto, sus suegros por no estar deacuerdo por su apariencia personal... si amigas replanteemos nuestros cuentos existenciales y demos oportunidades a los SHREK y pasemolas super bien con ellos... también hacen reír...

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